Una naturaleza mediterránea
Barcelona no sería Barcelona sin su naturaleza mediterránea: bañada por 4 kilómetros de largas playas y flanqueada por el parque de Montjuïc y el parque de Collserola, un inmenso macizo verde de una biodiversidad brutal, la ciudad ofrece opciones infinitas e irresistibles para vivirla al aire libre.
Como ciudad mediterránea, Barcelona ofrece propuestas de naturaleza para todas las estaciones del año. Muy especialmente en verano, pero también durante buena parte de la primavera y el otoño, los cielos de color azul intenso tan característicos de la ciudad invitan a baños de sol y mar. Hay playas para todos los gustos: algunas más familiares y tranquilas, alejadas del centro; otras más concurridas y animadas, cerca de restaurantes y de locales de fiesta; también hay espacios para ejercer el naturismo y playas donde jugar a vóley o practicar largos pases de frisbee.
Así es Barcelona: una anfitriona generosa que ofrece lo mejor de cada uno de sus rincones. Tiene parques llenos de verde para desconectar del ruido urbano, como el parque de la Ciutadella, el parque de la Oreneta, el parque de Cervantes, el Turó Park, el parque de los Tres Turons y tantos otros; alberga el bosque de Collserola, un espectáculo sensorial en cualquier época del año, y esconde espacios recónditos inimaginables que son perfectos para ir de pícnic en familia o con amigos. La naturaleza, además, se puede ver y comprender en otros espacios de la ciudad, como el Zoo, el Museo Blau, L’Aquàrium o el Jardín Botánico. Estos son lugares ideales para los niños y para todo aquel que tenga bien vivo al niño que todos llevamos dentro.